Hola amigos, en mi salida de esta semana, nos fuimos a nuestra querida Sierra de la Cebollera. Pinos, robles, acebos, nos salían al paso en un día radiante. Incluso vino a saludarnos un ternero bien rollizo. Y hablando de saludo, éste animal de cuatro patas me demostró más educación que muchos animales de dos patas. Yo no sé si a vosotros os pasa lo que a mí, pero me sabe a cuernos quemados que tú te cruces con un vecino, le saludes y la única respuesta que recibes es una indiferencia notoria. Pero Señor, tanto cuesta el corresponder con un “Buenos días”, o “Buenas tardes”, o un “Adiós”, o un “Hasta luego. O cuando entras en su sitio lo primero que hay que hacer es saludar con un “Buenos…”, lo que sea. No que estás en una sala de espera y entras como los burros, y ni siquiera dan un rebuzno.
Yo me pregunto si al saludar se les caerá el pelo, ya que la cara de vergüenza no se les cae, o piensan que se harán de menos si saludan a la plebe. ¡Que no te están pidiendo dinero, so cafre!, sólo que demuestres un poco de educación, aunque lo único que demuestran con esa postura es la falta de ella. Yo, que ya tengo unos años añoro un pequeño librito de tapas marrones, muy feo por cierto, pero que en su interior rebosaba educación, se llamaba “Urbanidad”.
Os voy a contar un caso que me ocurrió a mí en mi propia comunidad. Entraba por la puerta de acceso a interior de la comunidad y vi que otro vecino se acercaba a mí con la intención de salir. Yo, educadamente, le sujeté la puerta para que pudiera salir, a la vez que le saludaba con un “Buenos días”, cuál fue mi sorpresa cuando no es que no me diera un simple “Gracias”, qué menos, sino que pasó a mi lado sin mirarme siquiera, por lo visto debía de ser el Marqués de Chorrapelada, y yo su lacayo.
En fin os dejo unas fotos para que disfrutéis con la belleza de la naturaleza que nos ayuda a aguantar a estos “CAFRES”. Menos mal que me refugio en escribir mis libros, los cuales podéis ver en mi página.
antoniobuzarra.com
Un riojano abatido.
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